martes, 14 de abril de 2009

Reciclar en casa

La basura en la Ciudad de Buenos Aires constituye uno de los problemas estructurales más importantes. A diario se entierran más de 4.500 toneladas de desechos en rellenos sanitarios. Pero para que todo este desperdicio orgánico y no orgánico no vaya bajo tierra, existe la posibilidad de reciclar y, para hacerlo se debe empezar en cada casa.

¿Cómo? Si bien el proceso de reciclado es muy simple, requiere una diferenciación de los desechos, y esta es la gran tarea que cada uno debería poder hacer en su hogar.
Entre las cosas que todo habitante de la ciudad debe conocer es que existen dos categorías de residuos: los secos (papel, cartón, metales, textiles, vidrio) y los húmedos (restos de comida, pañales, cartones sucios, etcétera); y que no todo es reciclable.

Entre los papeles resultan útiles:
  • Periódicos, revistas, sobres, formularios, cajas, carpetas, folletos y guías telefónicas; además de envases de cartón limpios y secos.

No son aptos:
  • El papel carbónico y de fax, los envoltorios plastificados de golosinas, catálogos, celofán, servilletas de papel, papel tissue y de cocina, vasos, papel de fotografía y planchas de etiquetas.


También son reciclables los envases de vidrio utilizados para alimentos y bebidas, y todos los plásticos, al igual que los metales, excepto las latas con pinturas u otras sustancias peligrosa.

El riesgo de que todos estos elementos no se reutilicen puede ser muy grande para una ciudad como la nuestra, ya que contaminarán la tierra durante muchos años. Por ejemplo, el vidrio tarda 4.000 años en degradarse; el plástico, de 100 a 1.000 años; una lata de gaseosa, unos 10 años; y un chicle, aproximadamente cinco años.

Por su parte, la basura orgánica (restos de comida, por ejemplo) cumple una importante función cuando es reciclada, porque sirve para hacer compost, que convierte los desperdicios del hogar en fertilizante y materia orgánica valiosa para el suelo.

En la Ciudad de Buenos Aires poco de esto se hace. Principalmente por no haber una campaña de difusión y porque no se ponen en práctica las leyes ya sancionadas como la Ley de Basura Cero. En cambio, las ciudades europeas reconocen el valor de este procedimiento y están a la cabeza en planes de reciclado.

Si bien países como Grecia, Irlanda, Portugal y el Reino Unido reciclan menos del 8 por ciento, ya que basan su gestión de residuos en vertederos; Alemania, Bélgica, Dinamarca, Holanda, y Suecia reciclan entre el 20 y el 35 por ciento de sus desechos y el resto lo incineran permitiendo la recuperación de energía en proporciones significativas. Por su parte, España y Austria, son los únicos países que fabrican compost con más del 10 por ciento de sus desechos orgánicos. El desafío inmediato será revisar qué hacer con la basura, y concientizar a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires de la importancia de reutilizar sus desechos para colaborar en la preservación del medio ambiente.



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