domingo, 21 de febrero de 2010

En búsqueda de la información

Las personas que viven en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores están acostumbradas a escuchar y ver programas de radio y televisión donde los periodistas más prestigiosos conviven junto a las mejores producciones. Las transmisiones se hacen desde grandes edificios y la tecnología con la que se manejan les permite un alcance antes impensado. Lo mismo sucede con los diarios y revistas, donde en las redacciones trabajan cientos de personas para que todo pueda salir en tiempo y forma.
La masividad con la que llegan a la gente les permite conseguir el apoyo de grandes empresas privadas, lo que facilita el financiamiento del medio.

En cambio, en muchos lugares del interior de la República Argentina poco de esto sucede y, por lo general, todo el trabajo se hace a pulmón. Asimismo los periodistas no disponen de las instalaciones que sí hay en las urbes, ya que no cuentan con la participación de grandes grupos económicos.

Es por eso que, dependiendo del lugar del país en que se viva, existen marcadas diferencias en la manera en que se informa a los habitantes y en cómo ellos deciden acceder a la información.


¿Cómo se informan los argentinos?

Recientes datos de la Secretaría de Medios de la Nación concluyen que los argentinos prefieren la televisión como método efectivo para informarse. Le siguen la radio y, en menor porcentaje, los diarios y revistas. Internet, por ser un medio relativamente nuevo, es usado en las grandes ciudades para navegar en los portales de noticias, mientras que, en las ciudades más pequeñas se lo utiliza como herramienta para el ocio.

Si bien estos valores se mantienen; dependiendo de las zonas en las que se midan, las estadísticas pueden llegar a variar. En el área metropolitana de Buenos Aires, el 52% prefiere prender la televisión, mientras que el 47.7% utiliza Internet y el 46.2% opta por leer los diarios. La situación varía fuertemente en las pequeñas ciudades, donde los receptores recurren principalmente a la televisión o a la radio; a los diarios en tercer lugar y a Internet solo en el 7.9% de los casos.

Los diarios
En la Ciudad de Buenos Aires se imprimen los principales diarios del país. Clarín, La Nación, Página 12 y Crónica son los de mayor tirada y se venden en toda la Argentina. En ellos se tratan temas nacionales e internacionales, pero rara vez se abordan aquellos que son relevantes en cada provincia.
Por su parte, los diarios locales ofrecen una manera distinta de construir el acontecimiento, centrada en la propia idiosincrasia e historia de cada localidad. Es por eso que la gente del interior del país prioriza la lectura de diarios locales, y solo los domingos surge el interés por leer periódicos de circulación nacional.

La radio
El único medio de comunicación gratuito y que se puede llevar consigo a cualquier lugar es la radio.
En la Ciudad de Buenos Aires se la escucha mayormente en la calle (en el auto, caminando, etc.), fundamentalmente, a la mañana, por su gran contenido informativo. Pero, cuando llegan al trabajo, los porteños optan por leen el diario o navegar por los portales de noticias. Al atardecer, una vez en sus casas, ya prenden la televisión.

Algo totalmente distinto sucede en las ciudades o pueblos del interior donde la radio se escucha durante todo el día.
Julio Cesar Alé, director de Radio Metropolitana, que trasmite desde la Ciudad de Tucumán, sostiene que el norteño tiene un temperamento totalmente distinto al habitante de la Capital Federal, y eso hace que prefiera escuchar los programas informativos locales. “Acá llegan muchas radios de Buenos Aires, pero las que se escuchan son las que pasan música”, aclara.

En la ciudad capital existen decenas de radios, muchas de ellas independientes, pero las de más audiencia son manejadas por grandes grupos, como, entre otros, Clarín e Infobae que operan varias radios en distintas frecuencias. En el interior, dependiendo de la provincia, la mayoría pertenece al Estado, y algunas pocas son de particulares.

Alé recalca –sin ánimos de faltarle el respeto a sus colegas- que en Buenos Aires, al haber grandes universidades hay más profesionalismo. Resaltando este comentario, Juan Marini, conductor del programa Cien por ciento éxitos, que se trasmite en FM Sensaciones desde La Paz, una pequeña ciudad ubicada en Entre Ríos, explica que la mayoría de los redactores y conductores del interior no tienen un título que acredite que son periodistas. “Somos periodistas por amor al arte”, afirma.

Por su parte, Sergio Molina, conductor de la misma radio, agrega que la gente teme opinar y no es participativa en temas políticos. Esto se debe a que, por ser una ciudad pequeña, gran parte trabaja en lugares públicos y “cuando son empleados de la municipalidad, si ven que algo está mal, lo piensan dos veces antes de hablar, porque pueden perder el trabajo”.

Muchas veces, en los pueblos chicos o rurales, la radio no solo informa sino también sirve como medio para transmitir mensajes locales, que serían absolutamente improbables en las grandes ciudades, tales como “acabo de perder los caballos, si alguien los encuentra que avise”.
Si bien gente relacionada al mundo tecnológico cree que la radio dejará de existir en algunos años, ninguno de los que trabajan en ella piensa que esto sea posible a corto plazo, ya que su llegada todavía es muy masiva y popular.

La televisión
Si bien es un medio más nuevo que la radio y los diarios, la televisión gana cada día más adeptos. Habitualmente, su encendido es mayor durante la noche y su finalidad es entretener e informar.
En el área metropolita de Buenos Aires tienen su sede los principales canales de aire: América, Canal 7, Canal 9, Telefé y Canal 13, además de otros tantos canales de cable. La mayoría de estos tienen repetidoras en todo el territorio nacional. Algunas provincias o pueblos tienen su propio canal de televisión, sumando al del Estado.

Laureano Rodríguez, productor general del Canal 4 de Misiones, resalta que la gente prioriza la información local, pero no es ajena a lo que sucede a nivel nacional. Igualmente, si bien es participativa, considera que los habitantes del interior “actúan de manera muy pacífica ante cualquier reclamo”.

La tecnología que manejan los medios de comunicación del interior es inferior a la de los principales canales de aire en la Ciudad de Buenos Aires. Laureano Rodríguez explica que es muy costoso mantener un canal en pie y argumenta que la geografía del lugar requiere, forzosamente, que los móviles utilicen un satélite: “Cuando hay noticias importantes le alquilamos el satélite a Resistencia que nos sale 5 mil dólares. Y, aunque es una suma importante, resulta mucho menor que tener el propio satélite, que sale más de 500 mil dólares”.

Algunos canales se mantienen con publicidad Estatal, otros reciben solo aportes del sector privado, y algunos sobreviven con los aportes de ambas partes. Rodríguez explica que en las provincias tienen el grave problema de que una vez que reciben publicidad del Estado, “la línea editorial se bandea demasiado, y eso hace que todo pierda credibilidad”.
En estos canales, la producción y la realización de las ideas “es muy simple, pero no deja de ser auténtica e interesante”, comenta Pedro Morel, ex corresponsal en Buenos Aires del Canal 4. “A comparación de Misiones, en Buenos Aires las escenografías y la tecnología que se usa son impresionantes”, agrega.

En todo el país, menos en las grandes ciudades, el trabajo en los medios de comunicación es claramente considerado un oficio. Solo tienen título un 30 por ciento (locutores, operadores, entre otros), los demás “tocan de oído y lo hacen bien”, agrega Morel.

Julio Alé, quien también da su opinión sobre la televisión, afirma que, si bien Tucumán y Buenos Aires son diferentes, muchas veces los programas que son éxito allá (Buenos Aires), terminan siendo vistos, por rebote, acá. “(Así) Se pierden los usos y costumbres locales, las ideas regionales y la identidad personal”.

Por amor a la información
Ya sea que vivan en una metrópoli, una ciudad o un pueblo pequeño, los periodistas, productores, locutores, camarógrafos, sonidistas y tantos otros que hacen de su oficio un arte, ayudan a que se facilite el acceso a la a los medios.

Gracias a ellos, los habitantes realizan una búsqueda diaria para encontrar lo que desean consumir. En definitiva, son los ciudadanos quienes deciden a quién ver, escuchar o leer. Según la credibilidad que le genere el medio o el periodista que está comunicando.

Quizá con la nueva Ley de Medio Audiovisuales, la información deje de estar un tanto manipulada por los grupos económicos, y sean, en un futuro, los periodistas los que expresen la información con una mirada objetiva. Como decía Rodolfo Walsh: "Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”.